martes, 23 de octubre de 2012


Sensaciones que se abrazan a mi historia.

Menudo alegato que haré a mi Dios cuando le vea.

Claro, lo infinitamente seguro es que mi retahíla ante el Ser

quedará perdida en lo inexistente cuando mis ojos contemplen, por

primera y única vez, su Mirada.

Pero, carambas, me tocó vivir en los dos polos de la vida y,

como si fuera poco, ambos hicieron una mescolanza de sí mismos

utilizando el óleo de mis días para pintar sus afanes empíricos.

No me extiendo porque lo que viene es delicioso.

Sólo añado que mi vida se ha quedado sin huellas porque se

las llevaron todos los semejantes que pasaron por ella, dejando en

mi estado emocional, felicidad por todo lo vivido.

Neruda confiesa que ha vivido memorias.

Yo declaro que el Ser al cual demandaré algún día, me ha llenado

de paz.

( Ella se fue, hace un cuarto de siglo sin infancia. Sin embargo, la sigo desnudando).

Se está desnudando la Niña
a su manera bendita,

Pensando en el infinito,
allí dejará su sonrisa.

Viendo su vestido viento,
mi voz le dice a la Niña,

Dame el amor de tu mente,
yo olvidaré mi saliva.


Enrique Flores Cáceres.

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