miércoles, 24 de octubre de 2012


Señora
el que la ama
en este verso,
no la olvida.

Quien escribe
esta rima
la llora cada día.

Construye
una entrada,
sin entradas
ni salidas.

Para atraparla
en las calles
de mi vida.

Que ni empiezan
ni terminan.

Señora,
qué mas quiere
que le diga.

Dice Dios
que mis plegarias
no se aceptan allá arriba.

Que renuncie
a su sonrisa.

Bajo pena
de llorarla
mientras viva.


Enrique Flores Cáceres.

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