jueves, 27 de septiembre de 2012


Quién desee mi lengua

que desee mi verbo.

Quién desea mi voz,

que camine en mi alma.

Quién sienta abrirse su clítoris,

pensando en mi mirada,

sabrá que la luz de mis sombras la ama.

Enrique Flores Cáceres.

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